jueves, 16 de junio de 2011

Reflexiones sobre integración

     Este año el día internacional de la EM tuvo como tema central la integración laboral de las personas afectadas por esta enfermedad. Los aportes realizados por los profesionales, médicos, abogada, representante del sector público y del sector privado, dejaron en claro un problema, “el desconocimiento” “ignorancia” del tema, de parte de quienes padecen la enfermedad y quienes deben aportar la solución.
     La educación (según definición de la Real Academia) es dirigir, encaminar, adoctrinar, y se encuentra íntimamente vinculada con la información (Conocimientos comunicados o adquiridos) que se suministra a tal fin.
    Asimismo tanto la educación como la información son derechos amparados constitucionalmente en nuestro país.
   Es cierto que ambos derechos importan una obligación por parte de los obligados directos a proporcionarlos, el Estado Nacional, Provincial, Municipal. Esto nos propone un análisis sencillo, o al menos un pregunta ¿qué debe hacer el resto de la sociedad, los destinatarios de ambos derechos?. La respuesta es muy sencilla: ejercer ambos derechos en toda su plenitud, porque de ese modo existen efectivamente y se propagan al resto de los habitantes de este país.
Indudablemente importa un cambio en la posición de los ciudadanos frente a sus derechos, salir de la posición cómoda, pasiva y exige ser proactivo. Tomar el importante e insustituible lugar de actores.
    La falta de educación nos sume en la pobreza más infinita porque nos impide conocer  aquello que, en el caso de la salud y la discapacidad, nos conecta con la vida misma, primer derecho humano.
   Es trascendente entonces, que aboguemos por la integración escolar, por la no discriminación desde la primera infancia. Entonces, seguramente, será natural aceptarnos tal cual somos.
   La presencia de la prensa que tiene como función permitir el acceso a la información es trascendental, para poder hacerla propia y nuestra propia acción, sólo nuestra propia acción, permite el cambio.
   Esta ida y vuelta también nos obliga a ser solidarios, a brindar a los otros lo que hemos recibido, aún cuando hayamos pagado costos altos por ella. Me refiero concretamente, a transmitir a quienes nos rodean, aquella información recibida y a tomar el compromiso moral con la sociedad toda.
   Cada uno de nosotros responde ante sí y ante quienes lo rodean por sus acciones y sus omisiones. Cabe aclarar que no exigir, gritar, demandar, insistir por la educación y la información, pone en riesgo primero nuestra propia dignidad y también nuestra vida, por lo tanto ante la magnitud de ambos valores, no queda más alternativa que la acción, por sí o por medio de los seres que pueden ayudarnos.

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